jueves, 13 de octubre de 2016

SITUACIÓN DE LA CLASE OBRERA EN CHINA - Sábado 15/10 a las 17:00 h.


Desde finales de los años setenta, una fuerte restructuración de la economía tuvo lugar en China. Esta reestructuración incluyó la expropiación de las comunas rurales, la privatización y cierre de algunas empresas de propiedad estatal, consolidándose otras en conglomerados mayores y estableciendo zonas económicas especiales donde se incrementaba el número de inmigrantes que eran empleados. Para la población urbana la situación cambió muchísimo en términos de seguridad en el trabajo al tiempo que la población campesina, cada vez en mayor proporción, es incluida dentro del régimen de trabajo industrial.
Estos procesos entraman extensos flujos migratorios desde el campo a las ciudades. Dado que hay un sistema de registro de población en el espacio de China, la población está dividida en miembros del campo y población de la ciudad, así que los migrantes normalmente tienen menos acceso a los beneficios sociales que la población local. Esto significa que una persona registrada en una gran ciudad tiene más privilegios en tanto a la seguridad social, la educación, etc., que un migrante del campo. Este sistema funcionó bien en el pasado. Dado que proveía de barata fuerza de trabajo migrante desde el campo y era capaz de reducir los costes de mantenimiento de la población trabajadora a los capitalistas y al Estado, gracias a externalizar la carga de la reproducción social sobre los migrantes del campo.
En teoría los migrantes con estatus rural no tienen derecho a los mismos beneficios que la población urbana, pero sin embargo tienen derecho a acceder a tierras de cultivo, cosa que se pretende que funcione como sustituto de los derechos sociales.
Este sistema funcionaba bien en una economía enfocada a la exportación, pero desde el comienzo de la crisis económica se está comprobando que es un obstáculo para el desarrollo del mercado interno chino y las luchas recientes están de un modo conectadas a los límites de este sistema.
Aunque las condiciones de vida normales para la mayoría de los migrantes es la precariedad, hay muchos ejemplos de la llamada “precarización” de la clase trabajadora urbana, el ejemplo más prominente lo representan la Empresas de Propiedad Estatal que se privatizan.
También ha habido muchos cierres de fábricas o movimientos de las mismas dentro y fuera de China, así como huelgas conectadas con estos eventos y una creciente demanda por los beneficios sociales que son impagados a los trabajadores inmigrantes más antiguos de estas compañías.
Mientras, en los 90, las luchas más importantes habrían ocurrido en el cinturón industrial del norte y este chino, entre la clase obrera establecida en las grandes empresas estatales. Mayoritariamente luchaban contra el cierre de empresas privatizadas y por mejores condiciones de jubilación para los despedidos. Estas luchas se acabaron en su mayoría a comienzos del 2000. Al mismo tiempo nuevos tipos de luchas empezaron a aparecer en los nuevos centros industriales del sur este del delta del río de las Perlas: huelgas espontáneas y el abandono del puesto de trabajo en las fábricas privadas. Estas huelgas estuvieron marcadas por bajos niveles de organización, no tenían mucha duración y los trabajadores a menudo no elevaban ninguna reivindicación específica.
Más tarde, una nueva oleada de luchas ocurrió en la primavera y verano de 2010. Mientras la producción se recuperaba rápidamente tras un desplome inicial durante los años de crisis 2008/2009 los salarios se mantuvieron estancados. Las luchas empezaron en la industria del automóvil y se extendieron a otros sectores. Éstas sí estuvieron marcadas por un elevado nivel de organización y de coordinación entre trabajadores de diferentes lugares de trabajo. Sin embargo, el marco organizacional no traspasó las ya conocidas reivindicaciones. El escenario final de las luchas de los trabajadores inmigrantes había aparecido durante los últimos tres años. Estas luchas eran primordialmente entabladas por los trabajadores más antiguos que habían estado trabajando en el mismo lugar de trabajo por mucho tiempo y sin que les fuesen retribuidos sus beneficios sociales. Cuando estos trabajadores se hallan próximos a la edad de jubilación entonces empiezan a organizarse.
En tanto que no existen más sindicatos en China que el que pertenece al Estado, Unión Central (Federación de todos los Sindicatos de China) y los sindicatos de empresa también forman parte del sindicato único, no existe algo semejante a un convenio colectivo de manera formal.
Pero sin duda hay más o menos grupos de trabajadores organizados. A menudo organizados informalmente a causa de la represión. Realizan un trabajo clandestino de organización, publican así mismo, información sobre las condiciones de trabajo y las luchas en diferentes centros de trabajo. Estos grupos mayoritariamente consisten en trabajadores con algo de experiencia en huelgas, que están politizados o estudiantes con conciencia de clase que van a las fábricas con el propósito de organizar. También existen empleados de las ONG que pelean por la “defensa de los derechos” y tratan de organizar acuerdos colectivos cuando ocurren huelgas. Últimamente están siendo más represaliados. Así pues, existe muy poco margen para la organización legal.